Nada es casual en esta vida todo cobra sentido si miramos con
detenimiento algunas cosas que hacemos cotidiana y rutinariamente, claro si hay
algo que te interesa, pues de lo contrario toda existencia será vacía y sin
sentido sino reflexionas, sino te preguntas que haces en este mundo y que dejas
para los que siguen quedándose, pero no me refiero a cosas materiales porque
eso en realidad no lo dejas sino se quedan porque no lo puedes llevar contigo,
estoy seguro que muchos o casi todos lo llevarían si fuera posible, conozco muy
de cerca la ambición y la avaricia humana.
Me refería a lo que dejas como huella 'duradera' además de tus
genes en tus generaciones, quizá algo que no necesariamente te recuerden como héroe
pero si sea útil para los que les toca vivir posterior a tu paso por esta
tierra, por ejemplo conservar la naturaleza sus variados recursos, como el
agua, el aire y el manejo de la energía como materia omnipresente en todo lo
que existen en esta tierra, otro que si puedes dejar es la enseñanza claro si
contribuyes a la educación de la humanidad.
Entonces me preguntaba, porque las personas conforme pasan los
años vas sintiendo otras sensaciones, tus preocupaciones ya son las de antes, surgen
otros intereses, hasta de aburres de las cosas que antes preferías, incluyendo
personas.
Bueno no encontré la mejor manera de responderme, hurgando algo de
información en la web me contento en parte con esta información que la
comparto, espero que les interese y les sirva si se animan primero a leer y
luego a investigar algo mas al respecto.
¿CÓMO INFLUYE LA NATURALEZA EN EL CEREBRO?
Algunos investigadores
aseguran que vivir lejos de la naturaleza acelera el envejecimiento, y que los
espacios verdes actúan como una especie de amortiguador de los efectos
negativos del estrés en nuestra salud. Varios estudios han correlacionado el
hecho de estar en la naturaleza con una mayor vitalidad percibida y mejor salud
mental. Los investigadores de la Universidad de la Escuela de Medicina de
Exeter analizaron a más de 10000 habitantes de la ciudad y comprobaron que los
que vivían cerca de espacios verdes tenían menos problemas mentales (ansiedad,
depresión…) que los que no. Otro estudio en Holanda observó que las personas
que vivían a menos de 800 metros de parques tenían menor incidencia en
enfermedades como la ansiedad, depresión, migrañas, enfermedades
cardiovasculares, asma… En 2015, un grupo de investigadores analizaron a más de
31000 residentes de Toronto y vieron que aquellos que vivían en barrios con
muchos árboles, tenían una mejor salud cardíaca y metabólica.
Pero, ¿qué es lo que hace
que vivir cerca de parques o espacios verdes mejore nuestra salud física y
mental? ¿por qué nos sentimos mejor en la naturaleza? ¿es el aire fresco? ¿o es
que al vivir cerca de parques estamos más motivados a la hora de hacer
ejercicio? ¿el color verde o las formas de los árboles y las plantas ejerce un
efecto positivo en nuestro córtex visual? ¿o es quizás el olor?
La naturaleza baja los niveles de estrés
Parece que la respuesta, de nuevo, está relacionada con el estrés.
La naturaleza baja los niveles de estrés en el organismo. Algunos trabajos con
neuroimagen observaron que las personas que daban un paseo en medio de la
naturaleza presentaban una disminución del flujo en la corteza prefrontal
subgenual, mientras que en las personas que paseaban por la ciudad no se
observaban estos cambios. Esta área está asociada con la rumiación depresiva,
es decir, con el hecho de tener pensamientos repetitivos recurrentes, y con las
emociones negativa. Lo que parece indicarnos que salir a pasear por el bosque
podría ayudarnos con este síntoma tan característico de la depresión. Además,
otros estudios, han demostrado que pasear por el bosque disminuye los niveles
de cortisol en sangre, la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, lo que se
traduce en menos estrés y un mayor bienestar.
La naturaleza mejora la atención y la resolución de problemas.
La naturaleza no solo baja nuestros niveles de estrés, sino que
también permite que nuestro cerebro descanse y se recupere del ajetreo diario y
del sinfín de estímulos que recibe en las ciudades. En un trabajo del Dr.
Kaplan de la Universidad de Michigan, observaron que caminar por el bosque
durante 50 minutos mejoraba las habilidades ejecutivas y la capacidad
atencional. Él cree que son los elementos visuales de la naturaleza (los
atardeceres, las flores, las mariposas, los riachuelos…), los que nos permiten
relajarnos de la “irritación nerviosa” que provoca la ciudad.
La naturaleza nos hace más amables
Parece que la naturaleza no solo nos influye cognitivamente sino
también emocionalmente. Investigadores coreanos observaron que cuando la gente
observaba fotografías del campo o de la naturaleza se les activaban áreas
cerebrales relacionadas con el altruismo y la empatía ( el cingulado anterior y
la insula), mientras que cuando veían imágenes de la ciudad, se activaba la
amígdala, una estructura cerebral que controla el miedo, la ansiedad y que
regula el estrés. Aunque no sepamos exactamente porqué parece claro que la
naturaleza no solo nos calma y relaja, sino que también nos hace más amables,
más humanos.
¿Por qué la naturaleza influye en nuestro cerebro?
Existen algunas teorías evolutivas que explican porque la
naturaleza influye de esta manera en nuestro cerebro. Son muchos los
investigadores que creen que nuestro cerebro se relaja en la naturaleza porque
es de donde venimos. Evolutivamente, estamos diseñados para interpretar las
señales de la naturaleza: lo que nos dicen las plantas, los ríos y los
animales. Estamos hechos para vivir en medio de la naturaleza. Para entender
todas las señales que nos da la madre tierra, no lo que nos dice el tráfico, el
ruido de los coches ni las incesantes luces de la ciudad. En cierta manera,
vivimos contra-natura, por lo que nos estresamos más. Cuando salimos al campo,
volvemos a reunirnos con lo que somos, y esto nos relaja.
¿Qué podemos hacer para tener los beneficios de la naturaleza si
vivimos en la ciudad?
Planea algún fin de semana en una casa rural en medio del campo.
Sal a caminar por las montañas algún fin de semana.
Si no puedes salir de la ciudad, siempre podrás acercarte a un
parque y pasear durante 20-30 minutos, o simplemente estar, sin música, sin
acompañantes, conectándonos con nosotros mismos.
Monta tu propio jardín en casa: llénala de plantas y crea tu
propio espacio verde.