La mariposa azul
(Relato
oriental)
Había un señor viudo que vivía con sus dos
hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre le cuestionaban todo, hacían
muchas preguntas a las que el padre a veces sabía responder, pero en ocasiones
no se sentía con la sabiduría suficiente como para aclarar las dudas que ellas
manifestaban. Como pretendía brindarles la mejor educación, mandó a las niñas
de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.
El
sabio siempre respondía todas las preguntas sin siquiera dudar. Impacientes con
el maestro, las jóvenes decidieron inventar una pregunta que él no pudiera
responder correctamente. Entonces, una de ellas apareció con una hermosa
mariposa azul que usaría para engañar al sabio. -¿Qué vas a hacer? –preguntó la
hermana. –Voy a esconder la mariposa en mis manos y le voy a preguntar si está
viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar.
Si dice que está viva, la apretaré y la mataré. Así, cualquiera que sea su
respuesta, ésta será equivocada.
Las
dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando. -Tengo
aquí una mariposa azul, dígame, sabio, ¿está viva o muerta? Muy calmadamente el
sabio sonrió y respondió: -Depende de ti…ella está en tus manos.
Así es nuestra vida, nuestro presente y
nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falla, somos responsables
por lo que juzgamos bueno o malo. Nuestra vida está en nuestras manos, como la
mariposa azul. Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella y hacernos cargo
de las consecuencias.
Susupampa nov.2014 |
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