Las circunstancias y el devenir cotidiano hacen de las personas
que nos pongamos a cavilar sobre nuestra propia existencia y en ella podemos notar
en un recorrido rápido de cuan fugaz es
la vida y más aún las etapas por el que todos pasamos desde el nacimiento,
infancia, juventud y adultez hasta terminar con nuestro paso por estos lares.
Hoy, mi pensamiento está centrado en la juventud cuya conceptualización
nos dice que juventud es un término que
deriva del vocablo latino juventus, permite identificar al periodo que se ubica
entre la infancia y la adultez. La Organización de las Naciones Unidas - ONU ha definido a la juventud como la etapa que
comienza a los 15 y se prolonga hasta los 25 años de vida de todo ser humano,
aunque no existen límites precisos al respecto.
Pero, más allá de las rígidas y meras definiciones, desde mi óptica,
juventud es todo un fenómeno que genera circulación,
ajetreo, dicho de otro modo es el motor de los cambios que nuestra comunidad requiere.
Sobre ello, todos sin excepción han sido claros que la mejor
etapa de la vida es la juventud, por su
audacia, osadía atrevimiento, capaz de asumir retos de cara al futuro. Y en el Perú
al respecto nos ha dicho Manuel Gonzales Prada: “…Cuando tengamos pueblo sin
espíritu de servidumbre, y militares y políticos a la altura del siglo,
recuperaremos Arica y Tacna, y entonces y sólo entonces marcharemos sobre
Iquique y Tarapacá, daremos el golpe decisivo, primero y último. Para ese gran
día, que al fin llegará porque el porvenir nos debe una victoria, fiemos sólo
en la luz de nuestro cerebro y en la fuerza de nuestros brazos. Pasaron los
tiempos en que únicamente el valor decidía de los combates: hoy la guerra es un
problema, la Ciencia resuelve la ecuación. Abandonemos el romanticismo
internacional y la fe en los auxilios sobrehumanos: la Tierra escarnece a los
vencidos, y el Cielo no tiene rayos para el verdugo. En esta obra de
reconstitución y venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos
añosos y carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo y sus frutas de
sabor amargo. ¡Que vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la
obra!”
En muchas ocasiones por
no decir todas, he pensado y he
actuado bajo esta influencia del pensamiento joven, En
tal sentido, yo soy un fiel creyente del poder de los jóvenes, porque es justo
en esta etapa donde la creatividad y las ideas andan a flor de piel, además que
se tiene una visión distinta e innovadora de lo que está a nuestro alrededor.
Sobre lo mismo, me permito agregar algo más, las diferentes
actividades humanas entre ellos la política, hoy más que nunca los jóvenes tienen que
asumir retos y compromisos para mejorar
nuestra sociedad sin dejar de reconocer lo bueno que se haya avanzado "Soy un convencido que la
juventud y la experiencia es la combinación perfecta para lograr el éxito deseado
para una comunidad feliz al que todo aspiramos".
Algo muy personal, mi satisfacción más grande es ver a jóvenes
asumiendo roles y construyendo el cambio positivamente que tanta falta hace a
nuestras comunidades. Para eso se te ha
preparado en diferentes aulas y espacios educativos siempre teniendo al frente
a una maestra o maestro. Son las modestas expresiones y arengas de un maestro. Rjsq.
(“”)Fragmento citado: Manuel Gonzales Prada. Discurso en el
Teatro Politeama con la finalidad de iniciar una colecta para rescatar Tacna y
Arica de Chile. Lima, 1888.
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