domingo, 10 de enero de 2016

PENSAMIENTO CRITICO

Durante los últimos años la educación ha experimentado cambios: la enseñanza puramente memorística está dando paso a una que privilegia el pensamiento crítico, cuyo objetivo es que los alumnos desarrollen agudeza perceptiva, control emotivo, cuestionamiento analítico, entre otras cualidades. El reto de los educadores es formar y desarrollar personas críticas, autónomas, pensantes y productivas.
Desde hace un tiempo - y quizá ahora más que nunca - en el mundo pedagógico se viene hablando de aprendizajes significativos y de enseñar a los alumnos a pensar.  Para ello la mejor herramienta es el pensamiento crítico, que si bien ya era aplicado por el propio Sócrates con sus preguntas reflexivas, en los años treinta empezó a tratarse con más precisión y, recién desde hace 15 ó 20 años empezó a ser nombrado y tratado en el Perú.
 En los últimos años ha dado un resurgimiento del pensamiento crítico, sobre todo porque se ha entendido que la educación puede ayudar a producir pensadores críticos. Según lo explica la Fundación para el Pensamiento Crítico (Foundation for Critical Thinking, citado por el Grupo Editorial Norma en la revista El Educador (2008) “Este despertar y reconocimiento empezaron primero en los Estados Unidos en la década de los treinta y luego en diferentes espacios en los cincuenta, sesenta y setenta.  En los ochenta y noventa alcanzaron su máxima difusión pública.  Sin embargo, a pesar de toda la información que existe sobre la importancia y el papel que tiene el pensamiento crítico en la educación, su aceptación en la sociedad está todavía en pañales: existe una malinterpretación; es más ilusión que realidad” (p.4), asegura dicha fundación, que cuenta con renombrados especialistas en la materia.
Existen muchas definiciones de pensamiento crítico Linda Elder y Richard Paul, creadores de la Fundación para el Pensamiento Crítico, refieren que:
El pensamiento crítico es el modo de pensar- sobre cualquier tema, contenido o problema - en el cual se mejora la calidad del pensamiento inicial.  El resultado es un pensador crítico y ejercitado que formula problemas y preguntas vitales con claridad y precisión, acumula y evalúa información relevante y usa ideas abstractas, llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes, piensa de una manera abierta y se comunica efectivamente. En resumen, el pensamiento crítico es autodirigido, autodisciplinario, autorregulado y autocorregido.  Supone someterse a rigurosos estándares de excelencia y dominio consciente de su uso.  Implica comunicación efectiva y habilidades de solución de problemas y un compromiso por superar el egocentrismo y sociocentrismo naturales del ser humano. (2008, p.5)
Es oportuno destacar que el Ministerio de Educación del Perú (MINEDU) también considera al pensamiento crítico dentro del diseño curricular nacional, y lo destaca como una capacidad superior y fundamental “que se logra a través de un proceso que conduce a la adquisición de una serie de capacidades específicas y de área, o sea de una serie de habilidades” DCN (2009, p.26). El MINEDU destaca las características de quien se ejercita en el pensamiento crítico: tiene agudeza perceptiva, hace cuestionamientos permanentes, construye y reconstruye saberes, es de mente abierta, posee una valoración justa, tiene control emotivo y coraje intelectual.  Asimismo, gracias al pensamiento crítico los estudiantes son capaces de defender y justificar sus valores intelectuales y personales, ofrecer y criticar argumentos, apreciar el punto de vista de los demás, de esta manera se prepara individuos para que gocen de una vida productiva, responsable y armoniosa.

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