Durante los últimos años la educación
ha experimentado cambios: la enseñanza puramente memorística está dando paso a
una que privilegia el pensamiento crítico, cuyo objetivo es que los alumnos
desarrollen agudeza perceptiva, control emotivo, cuestionamiento analítico,
entre otras cualidades. El reto de los educadores es formar y desarrollar
personas críticas, autónomas, pensantes y productivas.
Desde hace un tiempo - y quizá ahora
más que nunca - en el mundo pedagógico se viene hablando de aprendizajes significativos
y de enseñar a los alumnos a pensar.
Para ello la mejor herramienta es el pensamiento crítico, que si bien ya
era aplicado por el propio Sócrates con sus preguntas reflexivas, en los años
treinta empezó a tratarse con más precisión y, recién desde hace 15 ó 20 años
empezó a ser nombrado y tratado en el Perú.
En los últimos años ha dado un resurgimiento
del pensamiento crítico, sobre todo porque se ha entendido que la educación
puede ayudar a producir pensadores críticos. Según lo explica la Fundación para
el Pensamiento Crítico (Foundation for Critical Thinking, citado por el Grupo
Editorial Norma en la revista El Educador (2008) “Este despertar y
reconocimiento empezaron primero en los Estados Unidos en la década de los
treinta y luego en diferentes espacios en los cincuenta, sesenta y
setenta. En los ochenta y noventa
alcanzaron su máxima difusión pública.
Sin embargo, a pesar de toda la información que existe sobre la
importancia y el papel que tiene el pensamiento crítico en la educación, su
aceptación en la sociedad está todavía en pañales: existe una
malinterpretación; es más ilusión que realidad” (p.4), asegura dicha fundación,
que cuenta con renombrados especialistas en la materia.
Existen muchas definiciones de
pensamiento crítico Linda Elder y Richard Paul, creadores de la Fundación para
el Pensamiento Crítico, refieren que:
El pensamiento crítico es el modo de
pensar- sobre cualquier tema, contenido o problema - en el cual se mejora la
calidad del pensamiento inicial. El
resultado es un pensador crítico y ejercitado que formula problemas y preguntas
vitales con claridad y precisión, acumula y evalúa información relevante y usa
ideas abstractas, llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios
y estándares relevantes, piensa de una manera abierta y se comunica
efectivamente. En resumen, el pensamiento crítico es autodirigido,
autodisciplinario, autorregulado y autocorregido. Supone someterse a rigurosos estándares de
excelencia y dominio consciente de su uso.
Implica comunicación efectiva y habilidades de solución de problemas y
un compromiso por superar el egocentrismo y sociocentrismo naturales del ser
humano. (2008, p.5)
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